Por la crisis del crudo, cayó 30% el número de equipos de perforación activos

De 132 unidades de drilling activas en enero de 2015 en la industria local, los productores pasaron a apenas 93 a enero de este año. El derrumbe del precio internacional, que hoy navega en torno a los u$s 30, es la causa del desplome. El Golfo San Jorge, la región más comprometida.

La crisis del petróleo adquiere en la Argentina rasgos particulares. En especial porque, a pesar de su posicionamiento antitético en la mayoría de las cuestiones ligadas al manejo de los asuntos estatales, el kirchnerismo y el macrismo coincidieron en un aspecto: dictaron medidas anticíclicas para amortiguar el impacto negativo del derrumbe de los precios internacionales del crudo. Así, el barril extraído en el mercado local se paga entre u$s 54,90 y u$s 67,50, el doble que en Estados Unidos (WTI) y en Europa (Brent), donde el petróleo navega por los u$s 30.
En la práctica, son los automovilistas y consumidores de naftas y gasoil, entre los que también figuran industrias y productores agropecuarios, los que subsidian a las petroleras pagando precios de los combustibles más caros que los que se pagan en otros mercados, como Norteamérica y Brasil.
Sin embargo, a pesar de la decisión del Gobierno, la crisis se dejó sentir con fuerza en la Argentina a partir de noviembre. Ello queda de manifiesto en la cantidad de equipos de perforación activos en el país, que descendió un 30% en los últimos 12 meses. A fines de enero, el número de unidades de drilling en operación era 93 contra las 132 del mismo mes de 2015.

Epicentro

En detalle, la baja de la actividad se aceleró en diciembre, cuando caducó el compromiso asumido por las petroleras con el ex ministro de Economía, Axel Kicillof, de mantener los niveles de inversión para garantizar la paz social. Concretamente, en diciembre se bajaron 25 equipos de perforación. Las unidades activas cayeron de 114 a 91.
“Para este año proyectamos una baja del 25% con relación al año pasado. La región más complicada es el Golfo San Jorge, porque los productores de esa cuenca exportan buena parte de su oferta de crudo y, con estos precios, no logran cubrir los costos operativos”, expresó el gerente comercial de una de las mayores empresas de servicios.
Aun así, la retracción de la actividad se replica en los dos grandes polos hidrocarburíferos del país: Chubut y Neuquén. En la provincia que gobierna Omar Gutiérrez, YPF, el mayor jugador del mercado, redujo de 52 a 40 la cantidad de trépanos en actividad. En el distrito que dirige Mario Das Neves, PAE, la segunda del ranking, tenía en enero sólo un equipo de perforación activo de los 15 que poseía a mediados del año pasado. Entre ambas compañías, fueron responsables de la revitalización del upstream local desde 2012 hasta la fecha.

Despidos

El recorte de la actividad también se traducirá en una baja de los puestos de trabajo enrolados en la industria. En Neuquén, compañías de servicios que integran la Ceope abrieron un Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC) avalado por el Ministerio de Trabajo de la Nación para suspender a cerca de 2.000 trabajadores. El Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Neuquén, que conduce Guillermo Pereyra, refrendó la iniciativa.
La Ceope alega que a raíz de la crisis internacional del crudo se registraron 350.000 despidos a nivel mundial en los últimos 12 meses. Presuponen que en la Argentina están comprometidos aproximadamente 10.000 puestos de trabajo en las dotaciones actuales de las operadoras y compañías de servicios. El PPC suscripto por la Ceope con el sindicato petrolero permite a los proveedores de servicios –que, en la práctica, son los que tienen contratada a la mayor parte del personal afectado a la industria– pagar sólo el salario básico a los trabajadores, que permanecerán en sus casas sin realizar actividad. En la práctica, los operarios dejarán de recibir ingresos complementarios, como horas extras, adicional por vianda, zona geográfica de trabajo y horas de traslado hasta el yacimiento, conocidas como “horas taxi”. Se calcula que los trabajadores afectados pasarán a cobrar, en promedio, un 60% de la remuneración total que venían percibiendo.
Las empresas, por su parte, dejarán de pagar cargas sociales –jubilación y obra social, entre otras–, que representan cerca de un 40% del costo laboral total. Tampoco pagarán cargos salariales extras. El PPC tiene una vigencia de tres meses prorrogable por la misma cantidad de tiempo.

Posiciones encontradas

La intención de la Ceope es encarar un proceso similar en Chubut y Santa Cruz, pero la gobernación de Mario Das Neves y los productores del Golfo San Jorge no acompañarán la iniciativa. La apertura de un PPC en Chubut en los mismos términos que el suscripto en Neuquén es poco probable. Productores, gobernadores y sindicatos prefieren buscar formas alternativas de encarar los efectos nocivos de la crisis internacional. Una de las grandes petroleras de Chubut ya decidió el despido de 700 trabajadores en el marco de un plan para optimizar su estructura de costos. La decisión se concretará en los próximos días y cuenta con la anuencia del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Chubut, que lidera Jorge “Loma” Ávila. En su gran mayoría son operarios en edad jubilatoria. Otras petroleras contemplan decisiones similares. Se estima que, en total, podrían recortarse hasta 3.000 fuentes de trabajo directo en la provincia patagónica. Por eso, las petroleras contemplan –con un alto nivel de probabilidad– que a partir de marzo se acentúe la conflictividad gremial en Chubut y Santa Cruz.℗