Recortes de crudo de la OPEP sobreviven 9 meses más
Los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) decidieron extender los recortes a la producción de crudo por nueve meses hasta marzo de 2018 y aseguraron que los mismos serán compartidos nuevamente por otros 11 países que no integran el cartel, liderados por Rusia.
Con respecto a 2016, el nivel de cumplimiento de los países de la OPEP a la producción de crudo fue de 111%, comparando la producción de referencia de octubre de 2016, de 33,3 millones de barriles de petróleo por día. En cuanto a los países No-OPEP, su grado de cumplimiento se situaría alrededor del 92% Rusia se acopló al acuerdo firmado en diciembre de 2016, donde se acordó reducir el bombeo en alrededor de 1.8 millones de barriles por día (bpd) en el primer semestre de 2017. Durante los cinco primeros meses del año el recorte ha impulsado los precios del petróleo por arriba de los 50 dólares por barril (dpb), dando respiro a muchos productores que dependen fuertemente de los ingresos energéticos y que han tenido que apelar a reservas internacionales para poder cubrir problemas de presupuestos.
El derrumbe de los precios del crudo comenzó a mediados de 2014, lo que obligó a productores líderes como Rusia y Arabia Saudita a ajustar sus procesos y debilitó los de Venezuela y Nigeria. En este sentido, el ministro de Energía de Arabia Saudí y actual presidente de la OPEP, Khalid al-Falih, indicó que en la reunión “hubo sugerencias (de recortes más profundos) y de mayor flexibilidad por parte de los miembros del cartel”, si bien indicó que “esto no será necesario”. Durante la última semana, las expectativas de una prórroga del acuerdo, de una profundización en el recorte de la oferta diaria de barriles por parte de la OPEP, responsable de un tercio de la oferta mundial de petróleo, llevó al crudo a situarse en una senda ascendente, sin ni siquiera frenarse con la decisión de Donald Trump de desprenderse de la mitad de las reservas internacionales del país, justo un día antes de que se acordara el anuncio en Viena.
A pesar de la reducción del bombeo, la OPEP mantuvo los niveles de exportación prácticamente estables en la primera mitad del año, dado que sus miembros vendieron parte de sus existencias. Pese a todo, las reservas de crudo se mantienen cerca de máximos históricos, lo que llevó a la OPEP primero a sugerir una extensión de los recortes por seis meses,
pero luego propuso prolongar el acuerdo por nueve meses. Rusia pidió que se contemple una ampliación por 12 meses.
Unos se benefician más que otros Gobiernos en todo el mundo, desde Rusia hasta Brasil, pasando por Colombia, Venezuela y muchas otras naciones más, han sufrido gravísimos efectos fiscales debido a la caída en los precios del crudo desde 2014. Para algunos de los gobiernos en estos países que el ingreso petrolero suba o no puede ser la diferencia entre la supervivencia política o el colapso. Los indicios fueron positivos en las primeras horas después del anuncio.
El precio del barril de petróleo subió brevemente un 6% hasta llegar casi a los US$50 en las primeras horas del jueves.
Pero la perspectiva de un potencial acuerdo en la OPEP empieza a reducir la incertidumbre en que había caído el mundo del petróleo. Si bien una recuperación del ingreso petrolero es una buena noticia para todos los productores, es posible que algunos se beneficien más que otros. La expectativa es que el mayor exportador de la OPEP, Arabia Saudita, sea el que esté al frente de este esfuerzo por reducir el monto de petróleo que llega a los mercados internacionales, para así conseguir que suba de precio. No obstante, hay otras naciones productoras de petróleo que no son parte de la OPEP, pero se beneficiarían obviamente de un aumento en el precio del crudo.
Y por no formar parte de esa organización, no tendrían ninguna obligación de reducir su producción. Entre los grandes productores petroleros que no son parte de la OPEP está Estados Unidos, que en los últimos años se había convertido por cuenta del fracking en la nueva estrella de la producción de crudo. Tampoco es miembro Rusia, cuyo gobierno depende en manera sustancial de las rentas petroleras para su estabilidad fiscal. Y en América Latina, México, Brasil y Colombia son algunas de las naciones que se beneficiarían enormemente si la estrategia de la OPEP funciona.Venezuela y Ecuador son integrantes de la OPEP y por lo tanto estarían comprometidos a mantener a raya su producción mientras sus vecinos petroleros intentarían aumentarla rápidamente para aprovechar los mejores precios.
En el caso de Ecuador, las cifras muestran un cumplimiento del 88% del objetivo de reducción, con una disminución de 23.000 barriles por día. Antes del acuerdo, los precios del petróleo, alcanzaron 45 dólares por barril; a partir de noviembre de 2016 el precio del barril se incrementó en casi 10% llegando a un promedio de USD 51,31 al 24 de mayo de 2017. Carlos Pérez García, ministro de Hidrocarburos de Ecuador, aseguró que “la OPEP busca equilibrar el inventario de petróleo a niveles del promedio de los últimos cinco años, lo que llevaría a un ajuste de precios más reales y beneficioso para productores y consumidores”.
El ministro señala que Ecuador continuará con los proyectos estratégicos en el sector, de una forma muy responsable, cuidando el medioambiente y utilizando las tecnologías que permitan obtener el crudo de una forma óptima, en beneficio de los ecuatorianos. Un aumento de precio del petróleo podría ser una mala noticia para los importadores netos del producto. En el mundo industrializado, Europa Occidental y Japón tendrían una nueva razón para preocuparse en caso de que se consolide un aumento sustancial en la cotización del crudo.

Siguen las inversiones

A pesar de la rivalidad, Arabia Saudita ha venido reforzando sus vínculos con Estados Unidos. Saudi Aramco, la joya de la corona del petróleo de la nación, anunció hace pocos días un acuerdo por valor de 50.000 millones de dólares, con casi una docena de empresas estadounidenses incluyendo a Schlumberger, Halliburton, General Electric, Nabors y National Oilwell Varco. Los acuerdos cubren desde plataformas petroleras y equipo avanzado de perforación hasta el despliegue de tecnología de GE para transformar las operaciones de Aramco. Los acuerdos señalan la relación compleja entre EU y Arabia Saudita, dos de los mayores productores de petróleo del mundo. A pesar de ser competencia directa, cada uno se beneficiará del otro. Arabia Saudita necesita inyectar dinero a sus campos petroleros antiguos y las empresas estadounidenses tienen el conocimiento.
“¿Quién mejor para traer la tecnología y el conocimiento para ser más competitivos que las grandes empresas petroleras estadounidenses?”, dijo el analista senior de energía Brian Youngberg de Edward Jones.