“Este año la producción de gas crecerá un 5% en el país”

El sector gasífero experimenta una saludable recuperación, lo que redundará en un alivio para las cuentas públicas de la Argentina. Así lo anticipa el ex secretario de Energía, Daniel Montamat, quien no se muestra tan optimista con respecto al desempeño petrolero. “La producción de crudo caerá incluso con el sostenimiento de los precios internos”, pronosticó.

El principal cambio que se observa en lo que va del año dentro del sector hidrocarburífero local pasa por el énfasis inversor en el ámbito del gas natural. Así lo asegura el ex secretario de Energía, Daniel Montamat, quien proyecta que este año la producción gasífera argentina crecerá alrededor de un 5% con respecto a la temporada pasada. “Se consolidará, así, una tendencia a la recuperación que empezó a insinuarse en 2015”, puntualiza el titular de la consultora Montamat & Asociados en diálogo con este medio.
A su criterio, esta novedad resulta sumamente importante porque el epicentro de la crisis energética argentina reside –en efecto– en el gas natural. “La recuperación de la producción gasífera es la que mayor incidencia tiene sobre el déficit energético, y su impacto se hará sentir tanto en las cuentas públicas (a partir de los subsidios emitidos) como en las cuentas externas (en función de las divisas de importación)”, especifica.

Daniel Montanat: ”La recuperación de la producción gasífera es la que mayor incidencia tiene sobre el déficit energético, y su impacto se hará sentir tanto en las cuentas públicas como en las cuentas externas”

En esa dirección, recuerda que cuando la demanda de gas no es satisfecha con importaciones (vía Bolivia o Chile, o a través de gas natural licuado –GNL–), el sustituto próximo que termina cerrando el balance es el gasoil (que resulta más costoso). “Frente a la recuperación del gas, la producción petrolera va a caer, aun cuando la Argentina sostiene precios internos que están por encima de la paridad de importación”, advierte.
Según sus palabras, esto le plantea al país un desafío de productividad y costos para poder seguir recorriendo la curva de aprendizaje de los recursos no convencionales. “Por el momento, allí está nuestro mayor potencial”, apunta.
El otro gran desafío a sortear, agrega, estriba en aumentar la tasa de recuperación de los yacimientos en producción. “Ésta todavía resulta baja en comparación con la media internacional”, explica.

Tres frentes

A decir de Montamat, la nueva política energética del Gobierno nacional debe afianzar su credibilidad en tres grandes frentes: la estrategia de largo plazo, los precios y tarifas, y la institucionalidad.
Con respecto al primer ítem, destaca que la energía ha sido rehén del cortoplacismo político. “El país debe implementar una política de largo plazo en el sector. Si es posible, una política de Estado”, asevera el experto.
En materia tarifaria, cree que las autoridades deben transitar –con la gradualidad que permiten los tiempos políticos– la recuperación de las señales de precios y la consecuente reducción de los subsidios indiscriminados. “Hay que ir a un set de precios que recupere los costos económicos. Esto es clave como señal a las nuevas inversiones”, enfatiza. Finalmente, en términos de institucionalidad, juzga clave recuperar la operación de reglas e instituciones que den previsibilidad y eliminen la discrecionalidad que caracterizó la última década. “Va a haber palos en la rueda, ya que el populismo está muy arraigado y siempre vuelve por sus fueros, pero si se persevera en el rumbo y en estos objetivos, poco a poco vamos a recuperar la confianza (primero de los que ya están, y después de nuevos actores). Necesitamos mucha inversión para recapitalizar la industria”, sostiene.

Pasos a seguir

Consultado puntualmente sobre el fallo de la Corte Suprema de Justicia en relación con los valores del servicio del gas, afirma que no hay otra opción más que cumplirlo. “El Gobierno tendrá que plantear una recomposición del precio del gas natural para el sector residencial en la audiencia de septiembre. Ese servicio fue el alcanzado por la acción colectiva que dejó sin efecto el aumento de abril”, precisa Montamat quien, además de haber oficiado como consultor energético para entidades como el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), presidió Gas del Estado entre 1985 y 1986, y condujo YPF entre 1987 y 1989.
A su criterio, ahora se puede plantear un aumento y un sendero de recomposición para ir recuperando el precio del gas hasta alcanzar el costo económico en los próximos años. “Además, se debe tender a un precio mayorista único”, añade.
En octubre, anticipa, se desarrollarán las audiencias para analizar las tarifas de transporte y distribución de las distintas prestadoras (es decir, lo que se llama revisión tarifaria). “Son varias audiencias porque hay una base tarifaria para cada prestadora. Creo que con paciencia vamos a ir separando el trigo de la cizaña y evitando la nociva judicialización de este tema de política energética”, completa.