La Argentina, entre las naciones que menos invierten en infraestructura energética

Según un informe de la CEPAL

El país apenas destina un 2,89% de su Producto Bruto Interno anual al rubro, por lo que se ubica en la novena posición a nivel regional, lejos de los líderes Costa Rica (5,47%), Uruguay (5,08%) y Nicaragua (4,93%). Para cumplir con sus metas, deberá más que duplicar su actual nivel de inversión hasta 2020.

Generalmente condescendiente en cuanto a la evolución de indicadores socioeconómicos, como el crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI), la disminución de la deuda externa, la caída de la desocupación y la reducción de la pobreza durante la última década, esta vez la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) divulgó datos desfavorables para la Argentina en materia de inversión en infraestructura.
De acuerdo con la entidad, el país dedica anualmente sólo un 2,89% de su PBI al desarrollo del transporte, la energía, las telecomunicaciones y el segmento hídrico. De ese modo, se ubica en el 9° puesto del ranking regional, sólo por encima de Chile (donde los desembolsos representan un 2,83% del PBI), Colombia (2,45%), El Salvador (2,30%), Ecuador (1,58%), Guatemala (1,55%) y Paraguay (1,51%).
Las naciones con mayor nivel de inversión en infraestructura son Costa Rica (5,47%), Uruguay (5,08%) y Nicaragua (4,93%). Detrás de ellas se posicionan Bolivia (4,47%), Perú (4,46%), Brasil (4,1%), México (3,32%) y Panamá (3,32%), en ese orden.
Según el informe, elaborado por la Unidad de Servicios de Infraestructura de la División de Recursos Naturales e Infraestructura de la CEPAL, Latinoamérica destina, en promedio, un 3,49% de su PBI a mejorar sus instalaciones y servicios básicos. Un 1,46% se utiliza para financiar iniciativas de transporte, un 1,26% para la generación y transmisión de energía, un 0,45% para las telecomunicaciones y el 0,33% restante para obras de agua y saneamiento.
El relevamiento, que cubre el lapso 1980-2012, “recoge y sistematiza las cifras por países según su origen (público o privado) y entrega una actualización de los requerimientos de inversión anual en los cuatro principales sectores de infraestructura económica para dar respuesta a las necesidades que surgirán de las empresas y consumidores finales de la región en el período mencionado”.