Por la caída del crudo, hoy se ven Gobierno y petroleras

El Gobierno citó para hoy a las petroleras para hablar sobre la caída en el precio del crudo y sus efectos en el empleo del sector. Aunque las empresas no aplicaron hasta ahora reducciones drásticas, hubo conversaciones con contratistas y proveedores para bajar costos. Las firmas de servicios petroleros están achicando sus planteles en sus casas matrices y se teme que esto tenga efecto local.

El ministro de Economía, Axel Kicillof, el de Planificación, Julio De Vido, y el de Trabajo, Carlos Tomada agendaron un encuentro con los empresarios del sector para hoy al mediodía. Miguel Galuccio, CEO y presidente de YPF, estará entre los asistentes.

Antes de la Navidad, el Gobierno pactó con las petroleras una rebaja del 5% en el importe de los combustibles. A cambio, comprometió a las empresas locales a recibir US$ 77 por cada barril de petróleo de Neuquén (antes cobraban US$ 84), rebajó un impuesto local y disminuyó la alícuota de retenciones a las exportaciones.

Cuando se tejió ese acuerdo, el barril estaba a US$ 55 y se creía que había tocado un piso. Un mes después, está entre US$ 47,50 (el WTI) y US$ 48,94 (el Brent, que la Argentina está usando como referencia para las exportaciones). Pero viene de estar por debajo de los US$ 45. La caída motivó al gobierno de Chubut a rebajar las regalías que cobra por las ventas externas de petróleo. Pasaron del 15% de lo recibido por la petroleras a 7,5%.

Las compañías quieren que el Gobierno les brinde algún estímulo por mantener sus actuales niveles de producción.

Con la caída del crudo –más del 50% en menos de seis meses– varias petroleras locales le pidieron a sus proveedores que reduzcan sus costos en un rango del 10% al 40%. Esa situación pondría en riesgo algunos empleos, según dijeron sindicalistas en diálogos informales con funcionarios.

El precio local del petróleo está desacoplado en relación al internacional. Eso benefició a los consumidores y perjudicó a la industria cuando el barril estaba por las nubes (a US$ 140) como en 2008. Ahora, con el crudo entre US$ 45-US$ 50, cargar el tanque le cuesta US$ 1,31 ($ 11,31 el litro de súper en estaciones porteñas de YPF) al consumidor. Eso está garantizando ciertos niveles de rentabilidad para la industria. “Todos los costos se ajustan por precio, es mentira que la industria no es rentable a menores costos”, acusa Federico Sturzenegger, diputado del PRO, que trabajo en YPF cuando Roberto Monti estaba al frente de la petrolera. En Estados Unidos, los precios al público bajaron un 37% y especialistas como el ex secretario de Energía, Jorge Lapeña cree que la Argentina debería ir en la misma senda.

“El precio local quedó altísimo en relación a los internacionales, pero con estos costos laborales que son muy elevados, la industria no tiene posibilidades de adaptarse a menos que reduzca las inversiones. Cuando una empresa levanta la producción en un pozo, después no es fácil reiniciar”, explicó el consultor Daniel Gerold a Clarín en su edición del domingo. “Si se interrumpe la producción local, dentro de dos años va a haber que importar un 50% más que ahora y eso generará problemas de divisas”, agregó.

Cuando el mundo pagaba US$ 140 por cada barril de petróleo, en 2008, el Gobierno obligó a los productores locales a cobrar hasta US$ 42. El litro de nafta al público estaba alrededor de US$ 0,75 (la súper de YPF estaba a $ 2,35 y el dólar a $ 3,16 en mayo). Según Gerold, se resignaron US$ 70.000 millones en ventas.

Ahora, los consumidores están pagando 74% más en dólares que en 2008 y 481% más en pesos. “Si dejamos de subsidiar a las empresas, aquí no invierte nadie”, cuenta un ejecutivo de una firma chica.

Al Gobierno también le preocupa Vaca Muerta. En su paso por el Congreso, Galuccio dijo que, con el petróleo a US$ 84-US$ 85, los resultados en Vaca Muerta eran “marginales”. Semanas después, afirmó que el yacimiento neuquino era rentable a US$ 65.