En reserva, empresarios analizaron las elecciones
Eran 14 de los hombres más poderosos del país. Se reunieron en la casa de uno de ellos. Y, antes de comenzar el encuentro, hicieron un pacto de silencio como pocas veces antes en la última década.
Ayer por la mañana, un puñado de los hombres de negocios más influyentes de la Argentina se encontró para analizar el resultado de las elecciones del domingo pasado y las alternativas de cara al ballottage del 22 del mes próximo. Su conclusión: creen que el futuro de la Argentina es promisorio, pero temen que los equipos técnicos de Mauricio Macri, el candidato a presidente de Cambiemos y el hombre con mejores chances de quedarse con el sillón de Cristina Kirchner, no acierten del todo en el diagnóstico de la situación económica según ellos mismos la ven.
Uno de los nombres más importantes del encuentro fue el de Eduardo Eurnekian, dueño de Aeropuertos Argentina 2000 y con negocios que van desde el petróleo hasta la fabricación de microchips, aglutinados en su holding Corporación América. También Eduardo Elsztain, accionista mayoritario del grupo IRSA, con inversiones en shoppings, el sector inmobiliario y el campo, y varios representantes del sector industrial.
La convocatoria incluyó también al presidente y CEO de YPF, Miguel Galuccio. Fue la presencia más curiosa de la mañana: ocupa su cargo por decisión de la presidenta Cristina Kirchner, pero tiene la intención de continuar en la conducción de la mayor empresa del país. Daniel Scioli no lo confirmó en caso de ganar las próximas elecciones, y Juan José Aranguren, el hombre que Macri designó para coordinar los equipos de energía, tiene algunas reservas sobre el desempeño del petrolero. De todas maneras, Galuccio cae bien entre las empresas. Los ejecutivos lo ven como una par.
Según la reconstrucción que pudo hacer LA NACION, los empresarios que prefieren a Macri sobre Scioli tuvieron la mirada más positiva. Pero quienes optan por el gobernador de Buenos Aires no se mostraron del todo desolados. Es el caso de Eurnekian. «No está de capa caída, pero sí un poco golpeado», explicó un empresario que suele hablar con el dueño de Corporación América.
Al igual que sus pares, el empresario aeroportuario tenía las fichas puestas en Scioli y había iniciado contactos. Por caso, el jueves pasado, poco después de las 15, se reunió en el Park Tower del Sheraton Retiro con Luis María Kreckler, el embajador argentino en Brasil y el principal candidato de Scioli para manejar la cancillería en caso de llegar a la presidencia. Y el propio gobernador proponía a Guillermo Francos, director en Corporación América, como embajador. Eran otros tiempos: las encuestas marcaban que Scioli era el mejor posicionado.
Los hombres de negocios creen que un eventual gobierno de Macri intentará poner orden en algunas cuestiones que les preocupan, como atender la alta inflación e intentar cerrar un acuerdo con los fondos buitre. Otro dato curioso: varios de ellos coinciden con Cristina Kirchner y Axel Kicillof en que hay que cerrar la cuestión, pero sin ceder en todos los puntos que piden los acreedores.
Incluso los más entusiasmados con el resultado electoral de Macri no pudieron ocultar una preocupación sobresaliente: temen que los argentinos no tengan la «paciencia social» suficiente para permitir la implementación de medidas que consideran necesarias.
En otro encuentro, los jefes de varias empresas norteamericanas con operaciones en el país se reunieron en la Amcham, la Cámara de Comercio de Estados Unidos en la Argentina, con el equipo económico de Cambiemos. Por el lado del jefe de gobierno porteño fueron Rogelio Frigerio, presidente del Banco Ciudad, el diputado nacional Federico Sturzenegger y Francisco Cabrera, de la Fundación Pensar. Les prometieron levantar poco a poco el cepo cambiario.