Gas: cuánto cobrarán los productores con los nuevos cuadros tarifarios

 

Después de los aumentos dispuestos a las tarifas eléctricas, el Gobierno encara un nuevo retoque de precios, esta vez en los precios del gas. El plan de Juan José Aranguren, ministro de Energía y Minería, es aplicar los cambios a partir del 1° de marzo, cuando el presidente Mauricio Macri realice la apertura de sesiones legislativas, aunque para llevar a cabo este trámite no precise de tratamiento parlamentario.

No obstante, según publicó el diario Perfil, habría diferencias internas en el Gobierno respecto a cuándo se pondrán en marcha los aumentos. Contrariamente a Aranguren, el ministro del Interior Rogelio Frigerio habría sugerido que el cambio en las tarifas se materialice recién después de cerrar paritarias con los principales sindicatos.

Aranguren se refirió hoy al atraso tarifario que atraviesa el sector, en una entrevista con radio 10.  “Es obvio que el atraso lleva diez años y que derivó en pérdida de reservas y mala calidad de servicio”. Y añadió que “estamos terminando de evaluar los pasos procedimentales antes de confirmar nuevas tarifas en el gas”.

Los nuevos esquemas tarifarios ya circulan en borradores por los pasillos de Casa Rosada. Como pasó con las subas al sector eléctrico, primero se actualizarán los precios mayoristas que reciben los productores del fluido, con valores en boca de pozo que se duplicarán. Las generadoras de electricidad pasarán a pagar US$ 5,20 por millón de BTU (unidad de medida), un 100% más que ahora (US$ 2,66).

Las industrias deberán afrontar un aumento de entre un 20 y 30%: abonarán, en promedio, alrededor de US$ 5 por millón de BTU contra una media actual de entre US$ 3,90 y 4,30. En tanto que para los consumidores de GNC el precio previsto es de US$ 3,50, un 40% más alto que el vigente de US$ 2,481. De confirmarse ese último aumento,  se prevé un eventual conflicto con el sindicato de taxistas por el incremento de sus costos operativos.

Los aumentos en las tarifas residenciales resultan el temario más sensible y el que más divisiones genera en el macrismo. Una vez que se publiquen los nuevos importes, las distribuidoras –entre los que figuran Metrogas, Gas Natural Fenosa y Camuzzi– comenzarán a abonar a los productores un promedio de US$ 4,70 por millón de BTU; un 123% más que ahora (US$ 2,098). Eso implica que los hogares de consumos más bajos de gas –empadronados como R1 y R2–, que hoy pagan un precio que oscila entre los US$ 0,607 y los US$ 1,34, abonarán cerca de US$ 3. Mientras, en relación al aumento para la categoría R3 –que hoy ya llega a pagar hasta US$ 5,15, en el mismo nivel que un industrial– no se prevén grandes modificaciones.

La idea del Gobierno es recomponer el precio interno del gas para que las petroleras incrementen sus inversiones en la exploración de nuevas reservas. Se optará por alinear el mercado doméstico con los valores de importación: como resultado del derrumbe internacional del petróleo, que hoy navega apenas por arriba de los US$ 30, el gas que se compra a Bolivia se paga US$ 3,90 y el GNL que se importa por barco se consigue en torno a los US$ 5,50 (con el barril a US$ 110  llegó a pagarse US$ 17). Por eso, Aranguren dio marcha atrás con su idea inicial de establecer un precio único para el gas en boca de pozo de US$ 5,80, tal como se pensaba hasta hace un mes.

El segundo paso es recomponer la rentabilidad de los segmentos de transporte y distribución de gas. Para TGN y TGS, que se reparten el transporte del fluido en el Norte y Sur del país respectivamente, se bosquejaron nuevos cuadros tarifarios que contemplan aumentos de entre un 100% y un  300% según el tipo de usuario. Para el segmento de distribución, la suba oscilará entre un 100% y un 140%. Con esos números en la mano, los privados calculan un incremento final en la factura de gas que promediará entre un 200% y un 300%.