Cómo fueron los últimos días del hombre fuerte de YPF. Qué piensa hacer el macrismo con la petrolera. ¿Quién es Javier Rielo?

 

Javier Rielo (izquierda), es el hombre que más suena para reemplazar a Galuccio en la parte operativa de la compañía.

 

Más de una vez, la política le jugó una mala pasada a Miguel Galuccio. «Acá está el próximo presidente de los argentinos», le dijo a este cronista, un año atrás, mientras señalaba a un risueño Florencio Randazzo que había venido de visita a Allen. Algunos meses más tarde, el petrolero viajaba a Neuquén casi a la fuerza para la reunión política de la Ofephi que Jorge Sapag le armó a Daniel Scioli –ya ungido como único candidato del Frente para la Victoria- en el Espacio Duam.

Pero el que ganó fue Mauricio Macri. Y con él, se empoderó una corriente de hombres de la energía muy críticos con todo lo obrado por el kirchnerismo, al que inevitablemente quedó pegado Galuccio. Aunque el presidente más de una vez intentó despegarlo del carro militante y destacó su profesionalismo, la puja por ocupar el sillón de la principal petrolera del país arrancó el 10 de diciembre de 2015.

El ingeniero entrerriano apeló en estos meses a toda la experiencia que adquirió en México, donde hizo despegar a Schlumberger en un mercado completamente monopolizado por el Estado, conducido por ese elefante que es Pemex. Tejió lazos con el macrismo más permeable a su gestión y buscó obturar las críticas y operaciones mediáticas que lanzó cierto sector del PRO. Sellegó a hablar de una denuncia explosiva del massismo sobre supuestos contratos corruptos que jamás se presentó.

Dos personas cercanas a Galuccio contaron a «Río Negro Energía» que el desgaste fue mucho. El hombre fuerte de YPF estaba dispuesto a resignar poder, cediendo la presidencia del directorio, pero no cogobernar la empresa con una «carpa chica» del macrismo montada en la puerta de Macacha Güemes. Allí ubican, por ejemplo, al empresario amigo del presidente Nicolás Caputo y también a los hermanos Bulgheroni, que pasaron de potenciales socios a enemigos declarados del entrerriano.

Hubo dos hechos que terminaron por acelerar la salida. Primero, la sanguínea pelea por la vicepresidencia de Relaciones Institucionales, donde quedó demostrado que la caja de la compañía será motivo de disputa en los próximos meses.

La otra fue la entrevista que Galuccio concedió a La Nación el pasado domingo, cuando ya tenía un pie afuera de la compañía. Hubo una frase que cayó mal en la Rosada: «YPF es una herramienta clave para el desarrollo del país y ésa es mi visión. No sé qué visión tiene Aranguren».

¿Qué visión tiene Aranguren sobre YPF? El ministro de Energía, enemistado con Galuccio, dijo en varias oportunidades que la compañía debía ser una más del sector, y competir de igual a igual con el resto. Pero en el macrismo no existe una hoja de ruta clara sobre qué hacer con YPF. De otro modo, es imposible de explicar que hayan sostenido por cuatro meses a un CEO de la gestión anterior, sin darle señales sobre qué iba a ocurrir con su futuro. Macri no mencionó ni una vez a la petrolera en su discurso de apertura de sesiones.

Una serie de reuniones mantenidas de apuro el martes terminaron por definir la salida de Galuccio, en un ida y vuelta de rumores donde nunca hubo una voz oficial que aclarara si reunció o lo echaron. Recién ayer al mediodía YPF comunicó oficialmente su salida. A esta altura es una anécdota.

Quién es Javier Rielo

Lo que está lejos del anecdotario es quién quedará a cargo de la compañía. El macrismo busca acelerar por estas ahoras la elección para evitar un vacío de poder en la empresa en momentos complicados para el sector.

Ayer se instaló con fuerza el nombre de Javier Rielo, hombre de Total. Es una de las personas que más conoce de gas en Argentina y tiene un curioso hito en su haber: fue el primer gerente general de la sucursal local de la firma no nacido en Francia, toda una señal de confianza de parte de la nacionalista petrolera.

Quienes lo conocen, sin embargo, no están seguros de que vaya aceptar. Hoy vive en París y tiene un cargo de altísimo nivel en una de las petroleras más grandes del mundo.

No pasa desapercibido su paso por PAE, en el inicio de su carrera. Sin embargo, Rielo se fue de la empresa en no muy buenos términos con Carlos Bulgheroni.

Ha y más nombres en la danza. Se habla del vicepresidente de Upstream, Jesús Grande, hombre de confianza del gobierno neuquino. También de Daniel González, actual CFO. En las últimas horas se instaló el nombre de Mario Quitana, vicejefe de Gabinete y ex hombre fuerte del grupo Pegasus, de donde también viene González.

Pero se habla poco de la presidencia del directorio, que quedará seguramente a cargo de Miguel Ángel Gutiérrez, ex Telefónica. Aranguren es partidario de que sea él quien tome la rienda política de la compañía, y dejar el manejo «de los fierros» a un técnico con trayectoria.

La duda que queda es si el nuevo tándem tendrá pleno poder sobre la compañía. Las mejores épocas de YPF estuvieron conducidas por líderes de carácter como Mosconi o Estenssoro. La historia dirá si Galuccio puede entrar en esa lista.