La Era Galuccio en YPF

Pocos funcionarios permanecieron en sus cargos tras la llegada de Mauricio Macri a la Presidencia. Miguel Galuccio fue uno de los pocos, aunque su límite será en abril, cuando el Estado lo reemplace en la asamblea de accionistas de la compañía. Pese a los chispazos del último tiempo, el ejecutivo pasará a la historia como el primer timonel de la petrolera tras su reestatización, en abril de 2012.

Su gestión podría resumirse de la siguiente manera: entre 2012 y 2015 YPF aumentó la producción de petróleo, de gas, sus reservas, renovó sus instalaciones industriales y creció en el negocio petroquímico. Al mismo tiempo estuvo apalancada por beneficios que antes no estaban, como la posibilidad de aumentar los combustibles (las naftas subieron más del 100% en ese período, y el gasoil, más del 99%), así como también subsidios del Estado para promover la oferta de hidrocarburos.
Cuando Galuccio llegó a la compañía producía 31.791 m³/d de petróleo. El último dato registrado por el Instituto Argentino del Petróleo y Gas (IAPG) data de diciembre de 2015, cuando ese número llegó a 36.473 m³/d, con un aumento del 13,7%. Más acentuado es el incremento en el caso del gas: pasó de 28.126 m³/d en mayo de 2012 a 36.473 m³/d en el último mes del año pasado (un crecimiento del 22,8%).
Lo mismo ocurrió con la búsqueda de recursos. Las reservas probadas de YPF registraban 1.013 millones de barriles equivalentes de petróleo (Mbep) cuando el ex Schlumberger incursionó en la petrolera. En los últimos cuatro años, el índice de reemplazo total creció un 163%, mientras que en el caso específico del gas fue del 184%. “Logramos aumentar nuestra actividad de manera rentable, ampliando los márgenes y nuestro EBITDA después de muchos años de decadencia, además de empezar a liberar el enorme potencial de Vaca Muerta”, destacó el propio Galuccio en una de sus últimas declaraciones.
Los acuerdos de inversión que la compañía realizó con diferentes líderes internacionales en el desarrollo energético fue otro detalle en la carrera del ejecutivo en la petrolera. Pese a la polémica, cerró un acuerdo con Chevron, la asociación más rutilante que consiguió la empresa y la inversión más importante de los últimos años en la Argentina. Tras acuerdos de exploración y producción con la petrolera estatal de Malasia, Petronas, y la química norteamericana Dow, a mediados del año pasado YPF se insertó de lleno en el negocio petroquímico con la adquisición del 50% de las acciones de Petroken y el 46% de Petrocuyo, ambas dedicadas a la producción y comercialización de polímeros, por u$s 122 millones.

Caída internacional

La caída sustancial del precio internacional del crudo fue un hecho con el que debió convivir YPF en el último año y medio, y que la condujo a reducir el 25% las inversiones previstas para 2016. “Vamos a recortar el capex. Bajamos algunos equipos que no volverán a operar en el corto plazo. En Neuquén aplicamos un procedimiento de crisis con la colaboración del sindicato. Necesitamos hacer lo mismo en otras locaciones de la Argentina”, reconoció el número uno de la petrolera en una call conference en marzo.
También por primera vez bajo su mando, las ganancias de la compañía cayeron en 2015. Se desplomaron un 49%, hasta $ 4.579 millones.
Desde la estatización, YPF elevó el pasivo desde unos u$s 2.000 millones hasta u$s 7.000 millones, según números estimados. Debe afrontar intereses por u$s 800 millones anuales, si bien descuenta una parte importante por impuestos.
Sin embargo, y pese a la inflación y al encarecimiento de los combustibles, la facturación de la compañía que maneja Galuccio subió un 10% el año pasado, mientras que la inversión creció casi 4%, por debajo de los niveles anteriores.
El directivo intentó seguir al mando de YPF tras el cambio de Gobierno. Desde su arribo se conectó con todo el círculo político, aun con Mauricio Macri cuando era jefe de Gobierno porteño, pero cuando Juan José Aranguren se convirtió en el principal asesor en materia energética del actual presidente, el vínculo comenzó a desgastarse.
Sucede que la relación con el ex presidente de Shell nunca fue buena. “Aunque estoy convencido de que existen enormes oportunidades para YPF, creo que es hora de que dé un paso al costado. Miguel Gutiérrez es un profesional con una trayectoria intachable y muy conocedor del entorno empresarial argentino, y será un gran líder en esta nueva etapa que la empresa va a comenzar a transitar”, sostuvo Galuccio en marzo, cuando su suerte ya estaba echada. ℗