QUÉ IMPACTOS TENDRÁ EL PAQUETE DE MEDIDAS PARA AMORTIGUAR LA CAÍDA DEL CRUDO.

 

Para sumar otra singularidad a esa rara avis que es la economía argentina, el gobierno nacional, con anuencia de los gobernadores petroleros y desde luego las empresas, salió al rescate de la industria en momentos en los que el barril de crudo se desploma. Lo que resultó es un paquete de medidas que implicará, en la práctica, una transferencia de fondos públicos y de los consumidores a algunas de las empresas más grandes del mundo (Exxon o Shell) y a la principal petrolera del país, YPF.

Parece un contrasentido, pero todos coinciden en que existen serios riesgos de que el sector se paralice sin esta intervención. Poner el freno de mano en desarrollos tan intensivos como los que se realizan en Vaca Muerta implicaría una pérdida de terreno difícil de recuperar.

El paquete de medidas salvavidas para el sector se articulará a través de una serie de disposiciones que empezaron a hacerse públicas en estos días, aunque algunos puntos aún están por resolverse. Con la baja del 5% en los combustibles como telón de fondo, se tomaron tres medidas centrales.

-«Barril criollo». Se acordó un precio interno para el barril de crudo Medanito que produce la Cuenca Neuquina a 77 dólares. No existe una resolución que lo tipifique: será un acuerdo que tendrá como tutor a la propia YPF, principal productora y refinadora en la Argentina. La diferencia entre el valor internacional (de entre 55 y 60 dólares) y el local la pagarán básicamente los consumidores al convalidar los precios de surtidor del combustible. Es que todo este crudo liviano que sale de Neuquén –incluido el de Vaca Muerta– se destina a las refinerías.

Pero en plena discusión por el tema surgió un problema. Según pudo saber «Río Negro Energía», la mayoría de las firmas del sector tenía sus presupuestos para el 2015 ajustados a un barril de 80 dólares. «Con un crudo a 77 peligran las inversiones del 2015», graficó el CEO de una importante petrolera extranjera que opera en la provincia y que prefirió el anonimato. La decisión de la Nación, influida, aseguran quienes estuvieron presentes en la negociación, por Miguel Galuccio, fue la de crear un nuevo plan de subsidios al petróleo.

-Nuevo petróleo plus. Lo que se anunció, pero aún no se puso en marcha ni se institucionalizó, fue la creación de un plan para subsidiar con tres dólares a cada nuevo barril que salga del subsuelo argentino. Así se llegará a la «barrera psicológica» de los 80 dólares.

Todo hace presumir que funcionará como el plan gas: se trazará una curva de declinación de producción por empresa y todo metro cúbico de crudo que se consiga por encima de esa línea cobrará el subsidio. El mecanismo tampoco es nuevo. Hasta el 2012 existió el plan Petróleo Plus, que impactó sobre todo en las petroleras que exportan como PAE. Según datos del Ministerio de Planificación Federal, se transfirieron al sector vía certificados de créditos unos 10.000 millones de pesos en cinco años. Pero aún hay empresas a las que se adeuda dinero, lo que hace dudar al sector de la efectividad real de esta medida.

Pero en este caso, el plan no sería tan oneroso. En su presupuesto 2015, Neuquén pronostica una suba en la producción petrolera de unos 10.000 barriles por día en promedio. Esto implicaría apenas 10 millones de dólares de subsidio anuales para que el barril llegue a 80 dólares.

-Nuevo esquema de retenciones. Ayer se publicó en el Boletín Oficial la resolución 1077/2014 (fechada el año pasado pero oficializada recién en el 2015) que establece un nuevo régimen de retenciones al crudo y entierra la emblemática 394 del 2007, motorizada por el exsecretario de Comercio, Guillermo Moreno, y que le puso un techo al precio del barril.

A partir de ahora, cuando el precio del crudo internacional (tomando como referencia el Brent) sea menor a los 79 dólares, la alícuota de retenciones será del 1%. Con el esquema anterior, con el barril Escalante (Chubut) fijado en 63 dólares, las firmas exportadoras hubieran tenido que desembolsar un 10% en estos derechos.

Se trata de un esfuerzo fiscal que hará el Estado para compensar la caída del crudo y que impactará sobre todo en firmas que operan en las cuencas del Golfo y la Austral.