Las claves de Exxon para Vaca Muerta

AUNQUE SIGUE EN ACTITUD EXPECTANTE, PLANEA POZOS MÁS GRANDES Y CONFÍA EN UNA SUBSIDIARIA.

 

La visita a Neuquén de dos ejecutivos clave del gigante Exxon y su subsidiaria XTO Energy dejó tres certezas en el aire. La primera, según comentaron entusiasmados miembros del gobierno provincial que asistieron a la reunión, es que Vaca Muerta es «oro en polvo». Para el principal jugador petrolero global, se trata del mejor play no convencional del mundo fuera de Estados Unidos. Al menos desde la geología.

El otro punto central que surgió de esa reunión es que existen posibilidades concretas de mejorar la productividad. Según los especialistas de XTO, la última gran adquisición de Exxon y la petrolera mediana con mayor actividad en el mundo shale, los pozos horizontales que hoy avanzan en promedio entre 1.000 y 1.500 metros podrían seguir hasta los 3.000 a lo largo de Vaca Muerta. Esto implicaría más producción a un bajo costo marginal. Es la técnica que aplican en Estados Unidos, donde un pozo llega a costar la mitad que en la Argentina.

La tercera certeza, acaso la más importante, es que la petrolera major no se lanzará de cabeza sobre el shale de Neuquén. Su desembarco es por ahora figurativo: la firma mantiene su plan quinquenal de 500 millones de dólares de inversión y no se decide a lanzar un piloto en Bajo del Choique y La Invernada, los dos bloques que opera y donde lleva como socia en carry a la estatal GyP. La última noticia sobre el tema, tal como publicó este medio, es que había abierto un ‘data room’ en busca de socios, algo curioso atento a que se trata de la petrolera con mayor facturación del mundo.

La realidad es que Exxon, al igual que otras empresas privadas, tomó una actitud expectante. Hasta aquí invirtieron para mantener posiciones y sólo dieron un paso más cuando poseían alta liquidez en pesos que no podían convertir en dólares para sacar del país.

Según datos de la Secretaría de Energía, la empresa estadounidense perforó sólo cinco pozos en esos bloques. Sólo uno de ellos está bajo producción en esta última locación, denominado X-2. Es la perforación shale con mejores resultados en la cuenca según la estadística oficial.

A las propias decisiones económicas de la empresa –donde la baja del crudo ofició de freno ineludible– hay que sumarle la coyuntura de incertidumbre que siempre genera en el sector privado un año electoral. Muchos esperan que el cambio de gobierno pueda dar nuevos aires al mercado y fomente mejores condiciones para hacer negocios. Inclusive, algunos empresarios –entre ellos varios petroleros de renombre– están jugando en la campaña en apoyo de candidatos opositores al kirchnerismo.

Pero la presencia de Exxon con figuras de primer nivel en Neuquén es una señal sobre sus intereses en Vaca Muerta, pero también sobre la apuesta de la empresa al mercado no convencional. Hasta hace unos años, sólo lo tocaba de oído. Todo cambió cuando en el 2009 en una operación gigantesca adquirió XTO, una operadora mediana pero con una cartera de activos shale enorme. Quizás junto con EOG fueron las dos pioneras en convertir la roca madre en un negocio de escala.

La estrategia la diseñó Rex Tillerson, CEO de Exxon, que llegó para desacartonar la herencia que le dejó el histórico jefe de la empresa, Lee Raymond. Como parte de ese viaje de renovación, la firma incursionó en el mundo no convencional.

A Neuquén arribaron Jack Williams, vicepresidente sénior de la compañía y Randy Cleveland, presidente de XTO Energy.