Tenso clima en Vaca Muerta por recortes salariales
El conflicto salarial en Vaca Muerta se agravó ayer, con un paro sorpresivo del sindicato de Petroleros Privados ante la falta de liquidación de las denominadas «horas taxi». Rápidamente, se dictó la conciliación obligatoria, por lo que la medida rigió sólo para la jornada de ayer.
Hay unos 600 operarios del sector de servicios especiales afectados, que pertenecen a las principales compañías internacionales del sector. Desde la organización gremial aseguran que la quita representa alrededor del 30% de los sueldos.
«Las empresas dicen que se ajustan a lo que dice el convenio colectivo de trabajo y que como allí no se menciona ese ítem no lo van a pagar. Lo que tienen que entender es que se trata de un derecho adquirido que ellos mismos comenzaron a pagar hace años», comentó Guillermo Pereyra, titular del sindicato, en diálogo con una emisora de la capital neuquina.
El paro se resolvió en el marco del estado de alerta decretado por el sindicato tras una asamblea realizada días atrás en Añelo. Según explicó Pereyra, la medida comenzó pasado el mediodía y con una extensión de 24 horas. Sin embargo pasadas las 17 el ministerio de Trabajo confirmó la conciliación obligatoria en el conflicto y convocó a las partes para el próximo viernes.
Las firmas involucradas son las compañías internacionales Schlumberger, Halliburton, Baker y Weatherford. Las empresas están concentradas en lo que se denomina servicios especiales en los yacimientos y tienen la totalidad de los contratos de la especialidad en las áreas no convencionales de Vaca Muerta. En total son unos 2.000 operarios, pero solo 600, quienes quedaron bajo nuevos contratos, recibieron las nuevas liquidaciones.
Pereyra confirmó que lo que no se liquidó, tal como habían anticipado las empresas, fueron las denominadas «horas taxi», que son aquellas horas de descanso en las que los trabajadores están a disposición pero no realizando una tarea concreta. De acuerdo a los cálculos del sindicalistas, estos descuentos significan entre un 30 y un 35% menos en los haberes del sector que concentra unos de los salarios más altos de la industria.
La situación no es nueva e incluso, además de la asamblea en Añelo, Pereyra venía realizando reuniones con representantes de las empresas para destrabar el conflicto. El sindicalista mencionó que solicitaron el debate para la inclusión de las tareas específicas de los no convencionales en el convenio colectivo de trabajo, pero que fueron las empresas las que se negaron a hacerlo. «Se trata de un régimen que las compañías empezaron a pagar hace ocho o nueve años, es un derecho adquirido», afirmó.