Statoil puso en marcha el Proyecto Nemo
Parece ciencia ficción, pero es real. La petrolera noruega Statoil puso en marcha esta semana la primera estación compresora de gas submarina del mundo. Con una inversión de 2.340 millones de dólares, el Proyecto Nemo, como se conoce en la firma a las instalaciones, permitirá un mejor manejo de las presiones de subsuelo, para evitar que los yacimientos «se desinflen» más rápido.

La estación submarina, que tiene el tamaño de una cancha de fútbol, es completamente automática y está ubicada en el yacimiento de Åsgard, una plataforma situada a 200 km de la costa noruega. La planta se instaló a 300 metros de la superficie, en las profundidades del océano.

Con este sistema, Statoil podrá recuperar más gas de las reservas en los pozos satélites Midgard y Mikkel, cuya presión natural está disminuyendo. Esto posibilitará que se puedan recuperar 280 millones de barriles equivalentes de petróleo adicionales, informó la compañía.

«Estamos orgullosos de que junto a nuestros socios y proveedores hayamos hecho realidad este proyecto que empezamos diez años atrás», dijo Margareth Øvrum, la vicepresidenta ejecutiva de Tecnología y proyectos de perforación de la compañía noruega.

«La compresión debajo del mar es una tecnología para el futuro y representa un gran paso para acercarnos a nuestra ambición de realizar una planta de procesamiento submarina», reseñó la ejecutiva.

Alrededor de Åsgard, Statoil busca justamente desarrollar una instalación de compresión para gas húmedo.