“Vaca Muerta exige estabilidad fiscal, tipo único de cambio y terminar con el cepo”

El titular de la petrolera anglo-holandesa –que en julio reemplazó a Juan José Aranguren– señaló que “llevará 15 años resolver el problema del déficit energético”. Y advirtió que, para poner en valor los yacimientos no convencionales de Neuquén, “se precisa más libre mercado, un marco regulatorio y fiscal estable por 30 años, y recuperar un tipo de cambio único”.

Poco le importó a Teófilo Lacroze, nuevo presidente de Shell Argentina, estar frente a su debut en público junto con los máximos referentes de la industria petrolera. Tampoco se dejó influir por la atmósfera eminentemente política generada por la presencia en el Espacio Duam, a pocos metros del aeropuerto de Neuquén, de Daniel Scioli, candidato a presidente por el Frente Para la Victoria y el principal orador de la reunión.
El directivo fue uno de los keynote speakers del Seminario “Energía para el desarrollo argentino”, realizado en la provincia patagónica en septiembre como antesala de la reunión en la que los mandatarios de la Ofephi –la organización que nuclea a las provincias petroleras– respaldaron la candidatura presidencial del gobernador de la provincia de Buenos Aires. A contramano del pensamiento de la mayoría de los responsables de Asuntos Públicos de las empresas petroleras, defensores en tiempos kirchneristas de un tono lavado y poco confrontativo, el ejecutivo, que retornó al país tras varios años en Brasil para comandar el destino de la petrolera anglo-holandesa en la Argentina, realizó una presentación con marcadas críticas a la política petrolera y económica del Gobierno de Cristina Kirchner. Cuestionó el cepo cambiario y la inflación, abogó por la recuperación de un tipo único de cambio y señaló que “la Argentina necesita más libre mercado”.
“Vamos hacia una reducción del déficit energético, pero eso nos va a llevar más de 15 años. Tenemos que empezar cuanto antes y también ser pacientes, porque hará falta invertir mucho dinero. Se necesitarán alrededor de u$s 25.000 millones por año, entre u$s 12.000 y u$s 15.000 millones para los yacimientos no convencionales de Vaca Muerta”, advirtió Lacroze.
Fue imposible no vincular sus palabras con el tono frontal y directivo que caracterizó durante los últimos años a Juan José Aranguren, su antecesor al frente de Shell desde 2003 hasta el 1 de julio de este año.

Lo que viene

“Para eso necesitamos garantizar la rentabilidad del negocio de exploración y producción de hidrocarburos”, agregó en el marco del evento organizado por la fundación DAR, que responde a José “Pepe” Scioli.
A diferencia del resto de los oradores del seminario –como Fernando Giliberti (YPF), Marcos Bulgheroni (PAE), Carlos Ormachea (Tecpetrol) y Ricardo Livieres (ExxonMobil)–, Lacroze se introdujo de lleno en los cambios que deberá implementar el próximo Gobierno si apunta a captar el interés de la industria internacional.
“Debemos contar con claridad y transparencia en el marco regulatorio. La seguridad jurídica es fundamental. Necesitamos un marco para los próximos 30 o 40 años, como también estabilidad fiscal para el período. Se precisan, además, incentivos fiscales para la inversión. Y libertad para girar utilidades. Cada empresa debe poder disponer del capital para operar libremente. Nuestra industria se desarrolla en el mundo y necesitamos tener fuerza y solidez institucional para que las inversiones se radiquen en el país”, detalló. “Hace falta más libre mercado si queremos competir con éxito con inversiones como las de Estados Unidos y Canadá. En ese sentido, recuperar un único tipo de cambio es central”, concluyó.

Primeros pasos

Con más de 100 años de trayectoria en el down-stream de hidrocarburos, Shell relanzó en 2012 su presencia en el segmento de exploración y producción de hidrocarburos. Lo hizo con una serie de proyectos destinados a evaluar el potencial no convencional de la formación Vaca Muerta, en Neuquén. Tres años más tarde, la petrolera acaba de recibir de manos de la Gobernación que dirige Jorge Sapag tres concesiones no convencionales de explotación –por un plazo de 35 años– en las áreas Sierras Blancas, Cruz de Lorena y Águila Mora.
“En total, tenemos cinco áreas con potencial en Vaca Muerta, tres operadas por nosotros y dos en asociación con (la francesa) Total. Nos comprometimos a invertir u$s 252 millones de inversión en los próximos cinco años para perforar 7 pozos y construir facilities”, expresó el titular de Shell Argentina, licenciado en Administración de Empresas de la Escuela de Negocios de la Universidad de San Andrés, con un MBA en Cambridge, casado y padre de cuatro hijos.
La velocidad del desarrollo de los campos no convencionales dependerá del nivel de certezas que ofrezca la Argentina. “Como compañía queremos participar activamente de la puesta en valor de Vaca Muerta. El desafió es muy grande: contempla la perforación de 4.000 pozos y la inversión de u$s 20.000 millones por año. Veremos si la Argentina acompaña. Lo bueno, con relación a los yacimientos no convencionales, es que uno puede acelerar su desarrollo relativamente rápido si las condiciones son las correctas”, explicó el directivo a Revista Petroquímica, Petróleo, Gas, Química & Energía, que lo consultó al final de su presentación en Neuquén.