La OPEP, entre la extracción y el cambio
Cuando los delegados de la conferencia de las Naciones Unidas sobre el clima se reunieron en París a principios de diciembre buscando formas de reducir la dependencia del mundo de los combustibles de alto contenido de carbono, como el petróleo, algunos de los principales productores de crudo afirmaron que seguirían la extracción.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo dijo que continuaría produciendo petróleo a los niveles actuales –más de 31 millones de barriles diarios.
Pero con los precios del petróleo continuando su desplome y los líderes mundiales resueltos a reducir la quema de crudo y gas natural de manera sostenida, la OPEP podría estar celebrando lo que la historia podría demostrar que sería el último gran manotazo de ahogado de la industria petrolera. Algunos miembros de la OPEP, incluyendo a los Emiratos Árabes Unidos, han reconocido que sus economías necesitan abandonar una dieta rica en petróleo.
De hecho, la delegación de los EAU en la conferencia de clima se comprometió a incrementar su uso de fuentes de energía limpia –tan sólo un 0,2 por ciento de la mezcla el año pasado– al 24 por ciento para 2021.
Los Emiratos Árabes Unidos, entre cuyos siete miembros se cuenta Abu Dhabi, planean utilizar su riqueza petrolera para establecer los cimientos para la era postpetrolera –llegue cuando llegue. “Necesito estar en un mundo donde mis nietos y mis bisnietos puedan vivir en un entorno saludable”, dijo Ahmad Belhoul, director ejecutivo de Masdar, una paraestatal en Abu Dhabi que está trabajando en diversos proyectos de energía solar para el gobierno. Masdar encabezará el esfuerzo de energía renovable, que incluirá construir plantas de energía nuclear.
Sin embargo, la extracción continúa sin menguar. Los Emiratos Árabes Unidos (EAU) dicen estar produciendo cerca de 3 millones de barriles diarios, unos 189 mil barriles diarios más que los niveles del año pasado.
La docena de países en la OPEP, y otros grandes productores de petróleo como México y Rusia, se encuentran entre la espada y la pared –presionados por la nueva filosofía de bajas emisiones de carbono representada por la conferencia del clima y presionados por un excedente de petróleo mundial que ha causado que los precios se desplomen en más de un 50 por ciento desde principios del año pasado. Nuevos suministros, encabezados por el petróleo de esquisto de Estados Unidos, han causado que el valor en dólares de los ingresos petroleros de la OPEP, México y Rusia caiga a la mitad desde 2014. Su respuesta es seguir produciendo y vendiendo, casi con desesperación.
A medida que ha disminuido la influencia en el mercado de la OPEP, ésta se ha vuelto crecientemente fragmentada. Varios miembros, incluyendo a Venezuela y Argelia, están instando límites a la producción con la esperanza de apuntalar los precios.
Al igual que los EAU, Arabia Saudita –aún el mayor productor individual de petróleo del mundo– reconoce que las preocupaciones climáticas son una razón para volver a su economía más diversificada y eficiente en energía.
Sin embargo, Arabia Saudita argumenta, junto con Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos, que ahorita serían inútiles los cortes a la producción de petróleo, porque éstos sólo entregarían más del mercado a los productores de esquisto y otros rivales.
Belhoul dijo sentirse optimista de que las preocupaciones climáticas, junto con tecnologías alternativas, permitirían a los EAU cumplir con su objetivo de 24% de su energía provenga de fuentes limpias para 2021.
“La energía renovable ya no es una alternativa costosa –se está convirtiendo en una tecnología de elección”, dijo. “El cambio climático es una realidad.”