La crisis saca a la luz los costos petroleros

Se prevén unas 6.000 suspensiones en el país y la Cuenca Neuquina aportaría 2.000. Las empresas quieren evaluar la productividad.

Se prevén unas 6.000 suspensiones en el país y la Cuenca Neuquina aportaría 2.000.

Las empresas petroleras en el país no quieren andar con vueltas: hay crisis. Eso dicen. Fue la Cámara que nuclea a las compañías de servicios especiales de la industria (Ceope) la que consiguió abrir un PPC (procedimiento preventivo de crisis) ante el Ministerio de Trabajo, a cargo de Jorge Triaca. Se trata de un mecanismo legal, presente en la ley de Contrato de Trabajo, que permite poner en marcha instancias excepcionales que sirvan para reformular aspectos de una actividad productiva que está cerca de colapsar. Una medida frecuente en otras ramas de la industria como la automotriz o la metalúrgica, pero rara para el petróleo.

Si bien los cálculos no fueron finalizados –los realiza cada empresa– se estima que serán alrededor de 6.000 las suspensiones en todas las cuencas petroleras del país. Sólo la Neuquina aportará un tercio de esos trabajadores que quedarán a disposición de las empresas, sin tareas y cobrando un porcentaje de sus salarios reales. «Se acordaron suspensiones para evitar despidos», simplificó la fórmula una fuente del sector.

ACUERDO DE PARTES

El PPC se puso en marcha el martes de esta semana y reunió, a diferencia de lo ocurrido en Chubut (ver aparte), a todos los actores de la cuenca: sindicatos, empresas de servicio, operadoras y el Estado. Además del acta con los puntos oficiales, se elaboró un documento complementario en el que las partes participarán activamente, en el marco de una mesa de seguimiento, para evaluar la implementación de los temas firmados. Entre ellos está la posibilidad de prorrogar lo que aparece como una suerte de estado de sitio para superar la crisis.

En mayor y menor medida los titulares de Petroleros, Guillermo Pereyra, y de Jerárquicos, Manuel Arévalo, coincidieron en que era necesario arribar a esta instancia. Ambos pospusieron las pretensiones salariales y sellaron su posición en reclamar prioridad para la mano de obra nacional y «ni un solo despido». El acta que dejó con vigencia el PPC por 90 días dice que:

  • Las suspensiones serán concertadas y rotativas con el personal activo.
  • El pago será en forma de subsidio no remunerativo consistente en un 50% del promedio de la remuneración neta normal y habitual de los últimos cuatro meses, pero con un tope de 40.000 pesos.
  • Los empleadores se comprometen a no despedir sin causa justa.
  • Se comprometen a analizar los casos de los trabajadores en condiciones de jubilarse.
  • Las partes conformarán una mesa de diálogo para aportar a la «sustentabilidad de la industria analizando los mejores criterios de productividad para favorecer el desarrollo de la actividad».

COMPETITIVIDAD

Este último punto es el que saca a la luz parte de la raíz de la discusión. A diferencia de lo ocurre en el resto del mundo, donde los bajos precios del crudo dejaron 350.000 empleos en el camino, en el país el ministro de Energía Juan José Aranguren acordó con el sector prorrogar la política intervencionista para sostener el barril criollo, ahora con un valor de 67 dólares para el Medanito de la Cuenca Neuquina, más del doble de lo que cotiza el WTI en Nueva York. Pero para las empresas no se trata exclusivamente de un problema de precios sino de costos.

Adolfo Sánchez Zinny, presidente de la Ceope, indicó a «Río Negro Energía» que existe una materia pendiente «en toda la industria» nacional que es la «competitividad». «Existe una cultura donde la competitividad no es algo que importe. Para atender este problema todos deben estar dispuestos a aportar lo suyo», dijo el empresario.

Explicó que inicialmente es necesario mejorar la estructura de costos de la industria petrolera y arriesgó que, con los actuales precios internos, el cálculo es del 30% pero puede trepar hasta el 50% si los valores estuvieran desregulados como en el mercado internacional. «Desde los insumos, pasando por la logística, los costos del transporte, hasta el ausentismo, el manejo de los turnos y los diagramas del personal», cerró.

Esta es una receta que no parece extraña en Vaca Muerta. El desarrollo de los hidrocarburos no convencionales obligó a un ejercicio de ajuste de costos que fue de menor a mayor. Pero fue sobre todo en los últimos eslabones de la cadena empresarial, las pymes, donde se acusaron los golpes más fuertes de los recortes de contratos y en la adaptación a nuevas modalidades de trabajo con las operadoras.

LA PRÓRROGA

Por estas horas las principales operadoras de la Cuenca Neuquina, entre ellas YPF, negocian con las empresas de servicio cómo se distribuirá el peso para sostener las suspensiones con un nivel de actividad en baja. En los yacimientos de la provincia son 21 los equipos, entre torres de perforación y workover, los que están paralizados. Representa el 20% del total de los fierros. La cuenta es que por cada equipo son 40 empleos directos y 80 indirectos, por lo que el resultado es de alrededor de 2.500 operarios.

La pregunta es por qué se prorrogaría nuevamente el PPC. Las opciones parecen ser dos. Si la actividad repunta, como las operadoras esperan gracias a un mejor precio del gas –nadie imagina que el empujón venga desde petróleo–, no habría necesidad de seguir en crisis. Y si la actividad no recupera su nivel y el PPC necesita extenderse, quién asumirá los costos económicos y políticos de sostener un programa que fue anunciado como un parche transitorio.

Los sindicatos lo saben desde antes de firmar esta suerte de tregua o paraguas temporal, por eso seguramente sepan que en definitiva caminan por el corto pasillo de las dos puertas: el conflicto o la solución con cambios.

En el plan de revisión de costos lo que sale a superficie inmediatamente es la dimensión de la mano de obra en las operaciones. Desde hace meses se discuten algunos de estos aspectos: primero fue el ausentismo, luego la revisión de algunos ítems adicionales –muchos de ellos dentro de convenio– y también el repaso de los diagramas. A diferencia de otros sectores de la economía en las últimas semanas, en el petróleo no hubo despidos y los sindicatos advierten que ese es el límite para sostener la convivencia pacífica.