Irán, del «eje del mal» al paraíso de inversiones

No fue hace mucho cuando el entonces presidente de Estados Unidos, George Bush, puso a Irán en centro del denomiado «eje del mal». Pero la bondad de los dólares podría derramarse ahora sobre el país persa, que vive un proceso aperturista con pocos antecedentes desde la revolución islámica.

Según un trabajo de la consultora Wood Mackenzie, Irán tiene en carpeta 49 proyectos que podrían producir 28 mil millones de barriles equivalentes de petróleo y concentrar inversiones por 159 mil millones de dólares.

El levantamiento de las sanciones aplicadas por Occidente debido a su plan nuclear sumado a una serie de políticas más laxas para atraer inversiones, convirtieron al país en un centro de atracción de dinero.

Sin embargo, las grandes empresas estadounidenses podrían llegar tarde al negocio. Es que rodavía pesa una suerte de embargo que les permite invertir en ese país. La denominada Iran Sanctions Act, que data de 1996, podría caducar a fin de año, pero las petroleras presionan para que eso ocurra antes.

La nueva política petrolera iraní incluye pagos en especias y un impuesto flotante atado a los precios del petróleo. Esto lo asemeja a los contratos que firma Bolivia, por ejemplo.

Según Wood Mackenzie, se generó una mayor flexibiliadad con contratos de 20 a 25 años y la promoción de joint ventures con compañías iraníes, incluso con riesgo compartido.

Los proyectos más atractivos que ofrece Irán parecen ser los de gas. El país ofrece cuencas interesantes onshore, que podrían casi triplicar su producción actual, en momentos donde el recurso gana peso en la matriz energética mundial.