Un balance que muestra los problemas de competitividad

Los datos más importantes de la ejecución de los primeros tres meses son: desplome de las ganancias de la empresa del orden del 77% y caída de las inversiones.

Los números de la nueva gestión de YPF están lejos de su punto de equilibrio.

El cierre del balance del primer trimestre del año da cuenta de que todavía queda un largo recorrido de ajustes para volver a retomar la senda de crecimiento sustentable. Los datos más importantes que surgen de la ejecución de los primeros tres meses del año son: desplome de las ganancias de la empresa del orden del 77% y caída de las inversiones en torno al 19%, siempre hablando en términos interanuales.

Por otra parte se observa que la deuda de la petrolera nacional continua creciendo al pasar de los 134.000 millones de pesos (9.000 millones de dólares) al cierre de marzo de 2016, a los 146.000 millones de pesos (9.300 millones de dólares) para misma fecha de este año. Sobre este punto hay que destacar que existe una baja en el ratio de Deuda/Ebitda (índice que se utiliza en la industria) de 2,04 promedio el año pasado a 1,87 en el primer trimestre del presente.

“Estamos en el camino correcto. No hay un freno sobre la inversión en el mediano plazo. Sólo estamos analizando que esos fondos tengan el destino correcto estableciendo estrictos controles de seguimiento y gestión”, justificaron desde las oficinas centrales de la empresa.

La estadística en este sentido es determinante. Durante el período 2012-2015 la inversión de YPF alcanzó un promedio del orden de los 6.000 millones de dólares anuales. En la actual gestión (2016) ese ponderado llegó a los 3.900 millones y, de mantenerse la tendencia del primer trimestre del año, el cierre de 2017 terminará con un total de inversiones del orden de los 3.000 millones de dólares. Es decir la mitad de lo que se ejecutaba en la gestión Galuccio.

Limitantes

Las autoridades de YPF tienen como objetivo mejorar la competitividad de la empresa. Tanto Ricardo Darré (CEO) como Daniel González (CFO) coinciden en que si no existen cambios estructurales, es difícil torcer la inercia que llevan los acontecimientos.

En el plano externo, el problema de YPF pasa por la falta de inversiones para desarrollar las principales áreas del país, entre las que se encuentra Vaca Muerta. Sin una política económica nacional estable que permita volver a recomponer los desvíos que hoy existen sobre precios relativos clave, es imposible lograr la llegada de fondos genuinos del exterior para la exploración y explotación hidrocarburífera. El delicado momento financiero y su falta de escala no le permite a YPF hoy encarar grandes proyectos de inversión sin un aliado que aporte el capital. Pero con una inflación por encima del 20%, tasas de interés del orden del 25% y un dólar anclado, es complejo pensar que lleguen los inversores. La foto en este sentido es clara: los fondos genuinos que ingresaron recientemente al país para el desarrollo de la actividad comenzaron a frenarse ante una clara falta de expectativas.

El otro problema es propio de YPF. La empresa hoy no es competitiva porque arrastra, desde hace más de una década, una serie de acuerdos políticos, sindicales y empresariales que la hacen inviable a la hora de analizar su productividad. Decenas de firmas nacieron en la pasada gestión sólo para facturar a YPF y ganar cientos de millones a través de los sobre costos aplicados a los contratos. Muchas de ellas hoy todavía siguen con esta relación. Los que a Shell o Total se le cobraba 10 a YPF se le facturaba 50. Sindicatos la usan como resguardo laboral de trabajadores que son expulsados de otras empresas y políticos presiona para que derrame en las provincias los dólares que ya no tiene. Este es el contexto en el que YPF convive actualmente y que fue muy bien desarrollado por el periodista Carlos Pagni en su último programa de Odisea Argentina.

Contexto que, sin dudas, termina afectando en sus balances.

Dato clave

50% es lo que cayó la inversión en YPF tomando la actual gestión con el promedio ejecutado en la era de Miguel Galuccio.