Preocupa al Gobierno demoras en los cambios para Vaca Muerta
Inquieta que quedan cuestiones por limar en un acuerdo de productividad que es modelo para otras actividades, a cuatro meses del anuncio y a dos de ser suscripto.
El Gobierno sigue de cerca con inquietud el devenir del acuerdo testigo de productividad que anunció a principios de año para Vaca Muerta. Los cambios al convenio de trabajo, que son un modelo de cómo entiende el macrismo que deben aggiornarse las relaciones laborales en esta etapa del Siglo XXI, se demoran en aplicarse en su totalidad por una interna entre los trabajadores de base, aunque las empresas confían en cerrar pronto este frente de conflicto.
Según pudo saber El Cronista, el malestar se materializó porque el Gobierno entiende que le dio todos los beneficios por adelantado al representante sindical y senador Guillermo Pereyra (subsidios para despedidos, exención de Impuesto a las Ganancias para sus afiliados y habilitación de la Aseguradora de Riesgos del Trabajo -ART- de la propia mutual del sindicato) y éste no supo cómo retribuirlo, por las dificultades que encontró para bajar a las bases las chances que abren estos cambios. Sin embargo, otra fuente alegó que la relación entre el presidente Mauricio Macri y Pereyra sigue siendo «excelente».
Para el oficialismo es crucial arreglar el asunto, ya que apuesta todo a que el desarrollo de Vaca Muerta revertirá el déficit energético, creará puestos de trabajo directos e indirectos y bajará los precios locales de los combustibles. En otro plano, un éxito en su implementación abrirá las puertas de otros acuerdos con gremios más duros para generar las condiciones de un crecimiento sostenido por 20 años -como repite el Gobierno- con convenios más flexibles y menor presión fiscal.
Con todo, resultó novedoso que en medio de la negociación paritaria en la que el gremio petrolero busca recomponer sus ingresos las empresas colaron en las reuniones con los neuquinos en el Ministerio de Trabajo el tema de la implementación de la adenda. Llama la atención, cuando solamente se iban a definir los nuevos sueldos hasta marzo de 2018.
Tal como informó la semana pasada este medio, los representantes laborales piden un aumento en torno al 25% y algunos, incluso, quieren recuperar el 9% de salario real perdido el año pasado. También late la posibilidad de acordar una cláusula gatillo o de revisión si la inflación se disparara en estos meses.
En esta franja de tiempo aún no se pudieron resolver cuestiones elementales de la adenda, como, por ejemplo, la reducción de las dotaciones necesarias en los pozos para cada turno y la conformación de éstas.
Consultada al respecto, YPF sentó posición. «La implementación de la adenda es un proceso que ha comenzado a cumplirse e involucra medidas de diferente dimensión y complejidad, por lo que su aplicación es gradual en algunos casos, ya que hay que familiarizarse con las nuevas técnicas y prácticas. Los resultados de la firma se reflejan, por caso, en las inversiones conjuntas con Shell y Schlumberger», contestó la petrolera semi-estatal.
Pese a la preocupación, el resto de las empresas, en reserva, también creen que resolverán en los próximos meses la situación, en un proceso gradual. Y, por ahora, no piensan discutir nuevas modificaciones a una adenda que fue anunciada el 10 de enero en Casa Rosada, que firmó Pereyra el 31 de ese mes luego de la conciliación obligatoria para los trabajadores de base y suscribió Manuel Arévalo (el representante de los jerárquicos) recién en marzo.
Todo esto muestra, una vez más, que el apuro con el que el Gobierno anuncia situaciones que después no se concretan o suceden en un tiempo mayor que el previsto también preocupa a las empresas y los sindicatos, que tienen que seguir trabajando en algo que la sociedad creía cerrado.
Las negociaciones paritarias, mientras tanto, tendrán más capítulos en esta semana, con reuniones con los sindicatos de las principales provincias petroleras (Neuquén, Chubut, Santa Cruz, Tierra del Fuego y Salta). A no ser que haya un golpe de efecto, no habría más novedades en estos días: la expectativa es culminar en los últimos días de mayo o los primeros de junio. La adenda, en tanto, deberá esperar.