Rusia rechaza un ajuste de la producción de petróleo
Rusia era el país clave para que la Organización de los Países Exportadores de Petróleo lograra un acuerdo para ajustar su producción y era la gran esperanza de países como Nigeria o Venezuela, pero ha cerrado la puerta a cualquier ajuste.
«Si hacemos un recorte de la producción, ingresamos menos por los impuestos [a la minería] y por las ventas», ha declarado el ministro de petróleo ruso, Alexander Novak, en un seminario organizado por la OPEP y paralelo a la cumbre que el cártel celebra esta semana.
La mayor superpotencia energética mundial era uno de los países que, en un principio, eran reticentes a la estrategia saudí de mantener un exceso de suministro para dejar que el precio colapsara (debido, sobre todo, a la mala situación económica que atraviesa el país), pero esto parece haber cambiado.
Ahora Novak apuesta por mantenerse como un «proveedor de confianza» para el mercado global, mientras «el mercado deja caer los proyectos menos rentables».
Esa seguridad es necesaria, en su opinión, para asegurarse de que los inversores confían en el país para desarrollar proyectos a largo plazo y atraer inversiones, tras las sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea, entre otros. Por eso «tenemos que mantener nuestro nivel de producción, que es rentable incluso a 20 dólares por barril», ha explicado, después de señalar que la extracción de crudo alcanzó en abril el récord histórico de la Federación Rusa.
Este cambio de postura se debe en cierta medida a que la economía, aunque en caída, no se encuentra en una situación tan dramática como la que se preveía hace apenas seis meses.