La Argentina, lejos de los países que más subsidian los combustibles fósiles

En función de los u$s 413 que destina a subsidiar el consumo per cápita de gas, petróleo y productos derivados, el mercado local se posiciona muy por debajo de naciones como Arabia Saudita, Rusia y Estados Unidos, entre otras.

La Argentina se ubica muy lejos de los países del denominado “Grupo de los 20” (G-20) que más fuertemente subsidian la demanda de combustibles fósiles. Sobre la base de un informe elaborado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el listado lo encabeza Arabia Saudita, que con ese fin desembolsa anualmente unos u$s 3.395 por habitante. Completan el podio Rusia (con un promedio de u$s 2.334 por persona) y Estados Unidos (con u$s 2.177).
De acuerdo con el relevamiento del FMI, denominado “How Large are Global Energy Subsidies?”, otras naciones integrantes del G-20 que exhiben un alto nivel de subsidios energéticos son China (u$s 1.652), Corea del Sur (u$s 1.441), Canadá (u$s 1.283), Aus-tralia (u$s 1.259), Japón (u$s 1.240), Sudáfrica (u$s 845), Alemania (u$s 684) y Gran Bretaña (u$s 635), en ese orden.
El presupuesto de la Argentina en el rubro, por su parte, oscila en torno a los u$s 413 anuales por habitante. Esta cifra representa un 3,25% del Producto Bruto Interno (PBI) per cápita a nivel local.
Dicho porcentaje es menor al que registra una potencia como Estados Unidos (donde la proporción asciende a un 3,82%) y marcadamente inferior al de China (donde se acerca al 20%). No obstante, supera al de economías desarrolladas como las de Australia (que llega a un 2%) o Gran Bretaña (de alrededor de un 1,4%).
En términos continentales, los subsidios al consumo de gas, petróleo y productos derivados tienen una mayor participación dentro del PBI en otros 10 mercados: Venezuela (donde alcanzan un 19,96%), Trinidad & Tobago (13,04%), Bolivia (6,77%), República Dominicana (6,34%), Ecuador (5,65%), El Salvador (5,35%), Nicaragua (4,37%), el ya citado caso estadounidense, Haití (3,56%) y Chile (3,32%).

Escenario eléctrico

Distinto es el panorama en el sector eléctrico nacional, donde –más allá de la actual polémica por el “sinceramiento de las tarifas” o “tarifazo”, según la perspectiva– lo cierto es que los subsidios llegaron a adquirir un mayor protagonismo.
Según un estudio de KPMG, estas transferencias mostraron un crecimiento significativo durante la última década, ya que se elevaron desde un 4% en 2005 a más de un 60% en 2015.
Llamado “Tarifas eléctricas, congelamiento, subsidios e impacto del ajuste”, el trabajo plantea que –si bien tuvo algún efecto de corte social– la política adoptada a partir de los eventos propios de la debacle de 2001 y de la Ley de Emergencia Económica 25.561 de 2002 impactó negativamente en el desempeño de las empresas del segmento energético y en las cuentas fiscales, además de contribuir con el déficit público comprobado.
KPMG expone que el crecimiento de los subsidios no tiene precedentes en el sector, ya que en poco más que una década aumentaron en un múltiplo superior a las 870 veces con respecto a 2002, al tiempo que su participación en el total de transferencias lo hizo en más de 44 veces.
En esa dirección, el valor de la energía eléctrica por cada kilowatt/hora (Kwh) en la Argentina fue, en promedio y hasta fines de 2015, una sexta parte de la media regional (es decir, un 18% de ésta). Representó, asimismo, la séptima y décima parte de las cifras cobradas en Chile y Brasil, respectivamente.

Gigante financiero

Fundado hace más de siete décadas, el FMI es una organización financiera de alcance mundial que brinda servicios de asesoría económica y préstamos. Apunta, según sus estatutos, a “fomentar la cooperación monetaria internacional; facilitar la expansión y el crecimiento equilibrado del comercio global; impulsar la estabilidad cambiaria; contribuir a establecer un sistema multilateral de pagos para las transacciones corrientes entre los países miembros y eliminar las restricciones cambiarias que dificulten la expansión del comercio mundial; e infundir confianza a los países miembros poniendo a su disposición temporalmente y con las garantías adecuadas los recursos del Fondo, dándoles así oportunidad de que sorteen sus inconvenientes sin recurrir a medidas perniciosas para la prosperidad nacional o internacional a fin de acortar la duración y aminorar el impacto del desequilibrio de sus balanzas de pagos”.
Con sede en Washington DC, capital de Estados Unidos, la institución nació el 22 de julio de 1944 en el marco de los acuerdos de Bretton Woods, una reunión de 730 delegados de 44 países aliados de la Segunda Guerra Mundial, conflicto que por entonces seguía en curso. No obstante, el FMI comenzó a existir oficialmente el 27 de diciembre de 1945, con 29 naciones asociadas. En la actualidad está conformado por 189 países.